Colonizaciones Griegas y Fenicias de España


En la primera parte del primer milenio a.C. se produce la llegada de griegos y fenicios que colonizan algunas zonas de la península.
Como es sabido los griegos comenzaron a navegar por el Mediterráneo para hallar sitios en donde asentarse ya que las polis griegas atravesaban problemas que impulsaba a su población a emigrar.
Los fenicios al buscar materias primas realizaron los primeros viajes por el sur de la Península. Con posterioridad, aparecieron los griegos (en su mayoría foceos) y lograron monopolizar el comercio del Mediterráneo occidental siendo Tarsis el centro de comercio más importante. En un principio, conviven con los fenicios hasta que el año 540 a.C. tuvo lugar la batalla de Alali en Córcega. En esta intervinieron, cartagineses, griegos y etruscos y se disputaron la zona occidental del Mediterráneo.
Si bien el resultado de la batalla es incierto, los griegos abandonaron una gran cantidad de factorías.
Los siglos VIII, VII y parte del VI a.C. es la época de mayor esplendor del comercio griego en el Mediterráneo occidental. Las principales factorías griegas eran: Portus Menusiu, Heraclia, Mainake, Akra Leuké, Alonis, Hemroskopeior, Artemision, Emporion y Rodas.
La influencia en Occidente de los griegos cae como consecuencia de las guerras médicas.
El comercio fenicio en la península se desarrolló a la par que el griego. Los primeros fueron remplazados por los cartagineses que eran descendientes de fenicios provenientes de Tiro que en el año 814 a.C. fundaron Cartago cuando Tiro cayó. Con el tiempo, Cartago se hizo más fuerte que Fenicia y tomó el control del comercio en el Mediterráneo occidental. Ya en el siglo V a.C. los cartagineses tienen una fuerte influencia comercial en el norte de África, en la costa meridional de España, en la isla de Cerdeña y en el oeste de Sicilia.
Con el objetivo de consolidar el imperio y controlar la navegación griega hacia España fundan en el año 654 a.C. Ibiza. Los griegos por su parte, fundan en el 600 a.C. Marsella y Ampurias.
Este creciente comercio en la región derivó en la batalla naval de Alalia (540 a.C.) que determinó que los griegos dejen la zona occidental del Mediterráneo.
Los cartagineses toman el control del sur de la península ibérica, Tartessos queda bajo su influencia e inicia su decadencia, y no permiten a los griegos navegar hacia el estrecho de Gibraltar.
En el 348 a.C. a través de un tratado romano-cartaginés, se le concede a estos últimos la influencia sobre el sur de la península. Generalmente, la relación es de trueque pero en algunos sectores de la costa española establecen núcleos de población. Esto último se refuerza, cuando como consecuencia de la primera Guerra Púnica pierden Sicilia y Cerdeña.
Amílcar Barca arriba a la península en el 237 a.C. junto a un ejército y logra el control de las zonas mineras extendiendo sus dominios más allá de lo establecido en el tratado de 348 a.C.
Los romanos solicitan explicaciones a Amílcar dado que el tratado fue violado, siendo esta la primera vez que Roma interviene en la península ibérica. Amílcar muere en una batalla contra poblaciones locales y lo sucede Asdrúbal que hace caso omiso a la llamada de atención de Roma y continúa con el objetivo de su predecesor de crear un centro militar y económico en Iberia. Por este motivo, fundan Cartago Nova. Roma firma con Cartago en el año 226 a.C. un nuevo tratado por el cual Cartago logra tener su poder de influencia hasta el Ebro.
A Asdrúbal le sucede Aníbal quien tiene por objetivo dominar toda la península ibérica para emprender una guerra contra Roma. Este Rey cartaginés logra ampliar los dominios hasta el río Duero.
La segunda Guerra Púnica se produce por el ataque Cartaginés contra Sagunto. El resultado termina con la expulsión de los cartagineses de la península.

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