El comercio visigodo


El comercio exterior estaba orientado tanto al Mediterráneo como al Atlántico. Los vínculos comerciales se fortalecían a través de la religión y asuntos políticos en común. Por otra parte, el comercio con la península itálica fueron muy intensas con el comienzo del período durante la época ostrogodo.
El comercio interior se dedicaba especialmente a la distribución de los productos llegados del exterior y como es de esperar el tramo final eran las principales ciudades de la península como Sevilla o Mérida.
También gracias a este comercio era posible el abastecimiento de víveres. Las rutas utilizadas eran las antiguas vías romanas que fueron cuidadosamente conservadas por los visigodos. Los ríos no fueron dejados de lado y se legisló para garantizar la circulación por los ríos navegables.
Los principales productos que se exportaban eran de origen agrícola ya sea como materias primas o trabajados. Entre los más importantes se encontraban los cereales, el vino, los aceites y los metales preciosos.
 
La moneda

Los reyes visigodos mantuvieron el monopolio de la acuñación de monedas. En teoría, se mantuvo el sistema monetario romano que se basaba en el sueldo de oro, con un peso de 4,54 gramos.

moneda visigoda
Moneda visigoda
 
Se sabe que en el siglo VI los visigodos fabricaron sueldos que imitaban a los bizantinos, y Leovigildo hizo acuñar tremises de oro que equivalían a la tercera parte de los sueldos bizantinos pero, como afirmación de soberanía, llevaban grabado su propio nombre en lugar del de los emperadores.
La ley y el peso de la moneda fueron deteriorándose durante el siglo VII, llegando a fines de esa centuria a su nivel más bajo. Deben formularse también otras aclaraciones: la moneda de oro sólo es instrumento para las grandes transacciones. Las operaciones menudas requerían moneda fraccionaria, pero ésta no fue acuñada, utilizándose la masa monetaria remanente de la época romana, cuyo monto ignoramos. Pero, la sola ausencia de acuñación fraccionaria es índice de la falta de medios para las operaciones cotidianas por lo que se supone que muchas operaciones pequeñas se habrían realizado a través del trueque.
El deterioro de la moneda de oro se cree que se debió en parte a que los reyes, los magnates laicos y eclesiásticos, guardaban el oro y las joyas que, eventualmente, utilizaban como medio de compensación u obsequio. Los “tesoros” encontrados en las excavaciones son prueba de esa tendencia cuya consecuencia fue la desaparición del circulante que no había emigrado ya a oriente en concepto de pago.
La extracción de metales casi había llegado a su fin y en consecuencia la economía se vio afectada.
En el reinado de Suintila, la actividad general fue decayendo al finalizar las conquistas. A esto debe sumarse las catástrofes naturales y las plagas que asolaron a la península ibérica.
El tesoro de los suevos también se cree que ha sido importante sobre todo al conocer la historia que afirma que uno de sus reyes envió a San Martín de Tours el peso en oro de su hijo en agradecimiento por la curación de este.

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