El ejército visigodo


Por tradición, los visigodos eran un pueblo guerrero. Todos los hombres libres tenían la obligación de portar armas y éstos eran los únicos miembros activos en temas de política. La instalación en territorio romano no alteró su costumbre bélica.
En tiempos de Eurico, el ejército estuvo compuesto además de godos por romanos quienes algunos llegaron a ostentar el cargo de jefes.
La monarquía toledana conservó la tradición guerrera de los godos y la obligación de los varones mayores de edad y capaces de portar armas de cumplir con sus obligaciones militares. Esta se extendió incluso a los siervos.

invasion visigoda
Invasión visigoda
 
El ejército no era un cuerpo permanente y dependían del poder regio sólo la guardia regia y las guarniciones que se instalaban en las comarcas fronterizas.
Si existía una alteración de la paz interior o se iniciaba una guerra, el rey convocaba a su ejército y este debía acudir a un sitio y lugar especificado.
Dado que la formación de clientelas armadas dependían de su jefe, la autoridad militar del rey decayó y paso a manos de los magnates.
Este peligro se hizo evidente durante el reinado de Wamba cuando tuvo lugar la rebelión del duque Paula en el año 573. Por esta razón, el rey decretó la obligación de recurrir a la guerra junto a todos sus súbditos laicos o eclesiásticos. Quienes no cumplían esta disposición eran castigados con el destierro (si eran miembros de la iglesias que no tenían bienes), la pérdida del derecho a prestar testimonio en los tribunales (nobles o no y clero inferior), la confiscación de bienes y la servidumbre.

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